“LUCES Y SOMBRAS EN LA BALANZA DEL TIEMPO”
Esta es una pintura que realicé el año 2024, con acuarelas Winsor & Newton en tubo. En papel Arches 100 % algodón, de 640 gramos, grano fino, de 20 x 20 centímetros, y la titulé “Luces y sombras en la balanza del tiempo”.
Son un conjunto de elementos en la cornisa de la chimenea de una casa cueva, sita al final de la solana del paraje denominado La Sierra de las Cabras, lindando con la provincia de Albacete, pero aun en el término de Jumilla (Murcia).
Los distintos elementos de la imagen, están colocados de tal manera que podrían sugerirnos las formas de una balanza. Dando lugar a una posible elucubración, como bien podría ser, la representación de tiempos pasados, con sus luces y sus sombras, las “Luces y sombras en la balanza del tiempo”. De ahí que me inclinase a representar lo hallado, de tal forma, pues simboliza perfectamente las vicisitudes de un pasado sentido y vivido, así como la esperanza de una vida mejor.
En cuanto al encuadre de lo representado, para que su lectura nos desvele el discurso pretendido, procuré que el centro del recipiente rojizo, coincidiese con al tercero de los puntos de interés de la proporción Áurea; y la botella con su color verde, color significante de la estabilidad, armonía y tranquilidad, hace las veces de “soporte”, de los “platillos” de esta supuesta balanza. Ya he descrito el primero de los “platillos”, el segundo, está representado por los restos en una cantara de barro blanco, objeto en el que no solo incide la luz, sino que se refleja el color verde de la botella, particularidad que en unión al lugar que ocupa en la composición, puede incitar un doble pensamiento: por lado la ruptura con el pasado, y por el otro, alienta la esperanza en una vida mejor, más sencilla, honesta y sosegada.
La ejecución ha sido un reto, pues he tenido que esmerarme en ser meticuloso a la hora de tratar las luces y las sombras, máxime cuando en estas adquieren un protagonismo esencial, predominante, que, en unión de la diversidad de matices aportados por el afloramiento en el yeso del fondo, de diversos metales, piedras, hollín o incluso el yeso florecido, en consonancia con el color de los objetos, han resultado ser primordiales para lograr el efecto que suelo llamar de “huella”, que nos traslade a un tiempo, que trasmitir verdad, y por medio de ésta, lograr el razonamiento deseado.