-Remanso de recuerdos, de 74 X 100 cm.-
Buenas tardes amigos hoy os presento la obra ya “terminada”, es como sabéis una pintura que he realizado durante el presente año 2024, con acuarelas Winsor & Newton en tubo. En papel Arches 100 % algodón, de 640 gramos, grano fino, de 74X100 centímetros, y la titulé “Remanso de recuerdos”.
Para que esta obra respondiera al discurso pictórico que he pretendido otorgarle, tenía que realizar un encuadre en el que se percibiera una división de espacios en profundidad. De tal forma que, el hueco donde están depositados los objetos, con respecto a la totalidad de la obra, se asemejase a lo que podríamos denominar un cuadrado en perfil y en plana en perspectiva, paralela. Así mismo, este “cuadrado” tenía que estar situado en el centro de lo que podríamos denominar el cuarto de los puntos de poder, resultante tras aplicar la Regla de los Tercios.
Las formas geométricas de esta obra contrastan con cuantos objetos hay en el punto de interés, al que por su forma parece apuntar otro, el embudo. Aunque situado éste, fuera de la escena principal, no solo forma parte, sino, que rompe la armonía por su color discordante, sin embargo, forma parte del conjunto de elementos que denomino, “cocina”. También llama la atención, por no formar parte de los elementos “cocina”, las piedras del fondo. Estas fueron depositadas por unos mirlos, para hacer su nido, tras el abandono de la estancia por el ser humano, de él saldrán nuevas vidas, estas de género animal y en yuxtaposición, con las ya desaparecidas y a las que rindo homenaje con esta obra.
Para mayor abundamiento, señalo ciertos aspectos que en la obra no se contemplan. La miseria o precariedad con la que vivían los moradores de este agujero-inmueble. Está compuesto de un pasillo central en el que al fondo está la chimenea, al lado derecho queda el motivo de esta obra, y al izquierdo, un hueco de unos cuatro o cinco metros cuadrados, a modo de dormitorio. Este se completa con sendos huecos, de iguales dimensiones al señalado anteriormente, situados a uno y otro lado de la entrada a la cueva.
Para concluir he de decir, que por cuanto he puesto de manifiesto, más lo que he omitido, así como las dificultades técnicas de la realización, tanto del dibujo previo, como del color, han sido numerosas. No obstante, aun siendo importantes éstas, de nada servirá, sino somos capaces de ver más allá de lo que nos traslada la imagen, ese remanso de recuerdos. Apoyándonos en lo que nos desvela, podremos elucubrar sobre el padecimiento que, hasta hace unos sesenta años, sufrieron muchas personas en España.
Espero os guste.